Título: ¡Ya no necesito hacer para ser!
Subtítulo: Entrevista a Sor Gaétane Guillemette
Por Suzanne Corriveau y Johanne Jutras, miembros del Comité.
Revisión lingüística Laura Santamaria.
El viernes 6 de octubre nos reunimos con la hermana Gaétane Guillemette en la Casa Generalicia de la Congregación de Notre-Dame du Perpétuel Secours (CNDPS), situada en el pueblo de Saint-Damien-de-Buckland, en la hermosa región de Bellechasse. Conozcamos mejor a esta apasionada mujer que lleva 57 años de vida religiosa.
Las monjas como modelos
La hermana Gaétane se sintió atraída por la vida religiosa desde muy joven. Tenía tres tías religiosas y en la escuela primaria se sintió atraída por las Misioneras de la Inmaculada Concepción. A los 17 años, confía a un sacerdote su deseo de ser monja. Le dijo que sería feliz en cualquiera de las dos vocaciones. Esta decisión quedó en suspenso. Asistió al instituto familiar durante un año y luego decidió tomarse un año sabático para pensar en su futuro. Estudió en el Instituto Thomas de Quebec e intercambió correspondencia con una familia de Ontario con el objetivo de encontrar un trabajo y mejorar su inglés, objetivo que no logró completar. Invitada a la ceremonia de toma de hábito de una amiga, y tras hablar con la responsable de las novicias, ¡decidió entrar en el convento al día siguiente! Su decisión fue el resultado de un largo proceso de examen de conciencia.
En un mundo en transición
Entró en la comunidad en febrero de 1966, en una sociedad y una Iglesia en plena agitación. Comenzó su aprendizaje de la vida religiosa en la época del Concilio Vaticano II, que invitaba a los institutos religiosos a adaptarse inspirándose en sus fuentes fundacionales. Fueron tiempos de cambios constantes: se modificó el hábito religioso tradicional y luego se introdujo el traje laico. Fue la primera en conservar su nombre de bautismo. El trabajo profesional sufrió transformaciones y las monjas que no poseían los estudios en pedagogía tuvieron que demostrar sus competencias para enseñar. Al mismo tiempo, se abrían ante ella nuevas oportunidades: estudió canto, pintura, enseñanza artística, recreación con ancianos, atención pastoral, etc. La hermana Gaétane desarrolló sus habilidades, descubrió sus puntos fuertes y desplegó sus alas.
En este cambiante mundo social y religioso, la hermana Gaétane vive una experiencia especial. Las misiones que se le confían le vienen de las necesidades sociales de su entorno. En 1979, las Hermanas Agustinas de Montmagny le piden ayuda para fundar un centro de voluntariado, proyecto que fue aceptado por el Consejo General. En 1992 y en 2002 fue contratada como agente pastoral para la diócesis de Quebec y de La Pocatière. En otoño de 2002, el Centro de espiritualidad Manrèse le propuso el cargo de directora de los Cahiers de spiritualité ignatienne. Tras una experiencia editorial, la dirección del Centro le comunicó su interés en que asumiera la responsabilidad de la revista. La hermana Gaétane habló de ello con sus superiores, que aceptaron.
Al mismo tiempo, su camino espiritual se profundizó a través de acontecimientos, crisis. Pero un día escuchó una voz interior: « Sabes, Gaétane, yo te amé primero ». Ese fue el comienzo de su descubrimiento de un Dios que la amaba incondicionalmente. Tuvo la suerte de vivir los Ejercicios Espirituales Ignacianos acompañada por un jesuita que la ayudó à tomar consciencia de que su imagen de Dios estaba distorsionada. Tenía que hacer cosas para ser amada por Dios y por los demás. Esto formaba parte de su educación y de su vida… Su amor a sí misma y a Dios estaba bloqueado. ¿Cómo podía creer en el amor gratuito de Dios? ¿Cómo puede reconocer el amor de los demás y amarlos sin amarse a sí misma? Un proceso de expansión del amor en constante evolución.
Un sueño de estudio hecho realidad
El amor de la hermana Gaétane por el aprendizaje se remonta a sus primeros años en la escuela primaria local. Heredó la curiosidad de aprender de su padre, que sólo tenía un tercer año de estudios pero que escribía un francés impecable. En aquella época, la continuación de los estudios era todo un reto, ya que la situación socioeconómica de su familia no lo permitía. Pero su tenacidad, combinada con el ímpetu de la Revolución Tranquila, favoreció el alcance de su sueño.
La hermana Gaétane es una mujer que necesita comprender el porqué de las cosas y de los acontecimientos. Para ella, el estudio era un lugar donde podía encontrar respuestas, en particular sobre los cambios que se estaban produciendo en las congregaciones. En los años ochenta, observó una forma de negación ante el declive y la pérdida de compromiso apostólico negada colectivamente y mismo en su congregación.
A su regreso de África, a finales de 1988, obtuvo un permiso de un año para comenzar la licenciatura en teología y estudios religiosos. Gracias a la Providencia Gaétane pudo obtener el permiso para continuar un segundo año. Cuando la congregación se acercaba a su centenario, la comunidad le pidió que suspendiera sus estudios para participar en actividades juveniles. Por suerte, el programa de animación no estaba preparado y la hermana Gaétane pudo terminar su tercer año de licenciatura sin problemas.
Se incorporó a la diócesis de Quebec como pastora en 1992, pero continuó sus estudios y se matriculó en un máster de teología mientras trabajaba a tiempo completo. Al cabo de unos años, presentó su primer trabajo, que fue reconocido por la Facultad de Teología como investigación doctoral. Fue aceptada como doctorante y recibió una importante beca que le permitió completar su investigación. Su director de tesis fué el padre jesuita Jean-Paul Rouleau y en 2003, presentó su tesis titulada Un tournant à risque–Le difficile passage de la décomposition à la recomposition de la congrégation des sœurs de Notre-Dame du Perpétuel Secours. Su tesis planteaba la cuestión del futuro de su congregación y el reto de llevar a cabo la transición necesaria.
Descubrir el carisma de la congregación
Una de las hipótesis de la reorganización de la congregación se refería al aspecto espiritual, en particular a la integración del carisma, véase como inspiración del compromiso para el desempeño de la misión de la iglesia. En 1980, la comunidad dio a su carisma el nombre de presencia amorosa y compasiva de Dios. Pero su comprensión espiritual y teológica no estaba muy desarrollada. La hermana Gaétane se pregunta. ¿Qué es un carisma de vida religiosa? ¿Cómo configura todas las dimensiones de la vida religiosa? ¿Cómo encaja con la herencia espiritual de los fundadores? Pasó diez años aclarando estas cuestiones con la ayuda de un amigo teólogo, Rick van Lier. Después se puso a escribir sobre el carisma de la congregación y profundizó en la historia de las Constituciones del Instituto para identificar las fuentes de la espiritualidad de las fundadoras Joseph-Onésime Brousseau y Virginie Fournier. Siete hermanas de su comunidad releen y comentan el contenido de cada capítulo de su obra. Finalmente, su libro Fascinées par Jésus amoureux et compatissant será publicado por Médiaspaul en 2021.
Feminismo y vida religiosa
La hermana Gaétane vino al mundo tras la muerte de los dos primeros hijos de la familia. De los doce embarazos de su madre, sobrevivieron solamente cuatro hijos. Desde muy pequeña la acompañó la soledad. En la escuela primaria la acosaban por tener sobrepeso y mala salud. Pero la hermana Gaétane aprendió a luchar por el lugar que le correspondía.
Más tarde, se vio confrontada al sexismo en su medio de trabajo, en Québec, con su superior directo, esto la llevó a abordar la situación de manera clara y constructiva dándole confianza para hacer valer sus derechos al igual que el de las mujeres por la igualdad de género. Sin embargo, en Burkina Faso, ella se vio confrontada una vez más al sexismo de la parte de un párroco pour su popularidad entre los jóvenes y las parejas. Las relaciones fueron muy tensas entre ellos, pero ella siguió dando lo mejor de sí misma.
Veinticinco años después de su regreso a Quebec, volvió a Burkina Faso en abril de 2015 con el deseo de aclarar los hechos del pasado con el párroco en cuestión. Una vez más Gaétane logró clarificar la situación de una manera constructiva. Y él murió en junio del mismo año. Este gesto le dio todavía más fuerza interior. A lo largo de las décadas, la hermana Gaétane aprendió a afirmarse como mujer, religiosa y profesional. También creía en la importancia de la presencia de las mujeres en la Iglesia, en la sociedad y en la política, y en su capacidad para ocupar su lugar.
Retos actuales de la congregación NDPS
Una de las principales preocupaciones de la hermana Gaétane es el futuro de su congregación. Es esencial un cambio de mentalidad institucional; la congregación necesita identificar los límites y debilidades de su cultura institucional. El diálogo con las monjas jóvenes de las culturas latinoamericana y africana es esencial, porque a ellas les corresponde pensar en el futuro de la congregación, vivir su misión intercultural y asumir posiciones de liderazgo dentro de un sistema de gobierno abierto y transparente. Las autoridades actuales deben apoyarles en ello.
Actualmente es consejera y secretaria general. Junto con sus colegas de la administración general, asume el reto de garantizar la continuidad del patrimonio de la congregación, el desarrollo de la formación y la misión intercultural. ¿No se parece este proceso de transición a lo que ocurre en la sociedad civil, donde hay que conciliar las necesidades de las distintas generaciones y las poblaciones inmigrantes?
Todavía en misión
A pesar de su avanzada edad, las hermanas de la congregación de Quebec siguen en misión. La mayoría de ellas viven ahora en una residencia para ancianos en el barrio de Saint-Sacrement de Quebec. Desde la hermana Clémence Lefebvre, de 102 años, hasta la hermana Sylvie Gingras, de 61, las hermanas se esfuerzan para ser una presencia amorosa y atenta para las personas con las que comparten su vejez. En otros lugares, en Lévis (Quebec) y Amos (Abitibi), otras hermanas quebequenses y dominicanas siguen colaborando en el trabajo parroquial y en la integración de los inmigrantes de estas zonas.
La hermana Gaétane cree en la vida religiosa. Da lo mejor de sí misma sin esperar reconocimiento a cambio. Mujer en transición, ha experimentado muchos cambios en su vida como mujer y como religiosa comprometida con su comunidad. A través de su compromiso comunitario y apostólico, comparte su clarividencia y su visión, aunque este aspecto no sea siempre bienvenido. Situada en los lugares adecuados, con las personas adecuadas que creyeron en ella, se ha hecho a sí misma como mujer y como religiosa. Y no está sola, pues ella siente que Cristo en su amor y en su compasión nunca deja de acompañarla. Definitivamente, la hermana Gaétane es una mujer apasionada, una luchadora y una visionaria que inspira y transmite su sabiduría para el futuro de la vida religiosa.